Más allá de la sangre

El Día Internacional de la Familia —15 de mayo— fue proclamado por la Asamblea General de las Naciones Unidas con el objetivo de aumentar el grado de concientización acerca de los temas relacionados con la familia y fomentar los lazos entre los miembros de grupos de personas (Fuente virtual, 07/05/2022).  

Me llamó la atención la última parte que dice: “Entre los miembros de grupos de personas”. No sé exactamente qué es lo que quisieron decir, tal vez, se refieran a la familia extensa o tal vez no, pues existen distintos tipos de familia, vemos mamás o papás solos con sus hijos (monoparentales), también parejas sin hijos —sea cual sea la razón—, abuelitos que viven con los nietos, familias de acogida que son hogares transitorios que les brindan temporalmente a los niños y jóvenes seguridad y cobijo hasta que legalmente retornen a sus familias de origen, salvo se considere la alternativa de formar parte de un modelo existente también, las familias de adopción para quienes pido un aplauso. 

Aprendí a valorar enormemente estos temas con unos queridos amigos, John y Maritza Hernández, quienes trabajan fundando centros de acogida en distintos países, brindando apoyo, estudio, alimentación y, sobre todo, mucho amor y cimientos de fe en niños que por cualquier razón la vida les arrebató la posibilidad de vivir en una familia conformada por lazos de sangre. A muchos de ellos yo los conocí bebés y hoy son hombres de bien, profesionales, aportantes y propositivos….son hombres de valor. De manera transitoria se les otorgó el beneficio de recibir cuidado y protección, dentro del cuidado se les proveyó de todo lo que necesitaban para un crecimiento saludable (en cuerpo, alma y espíritu) y dentro de la protección siempre se precauteló que nada malo les suceda, velando especialmente en la formación de un carácter sólido y positivo que incluya una fe inquebrantable para tomar buenas decisiones a lo largo de su vida, desarrollando su autoestima y ayudándolos a recuperar su autoimagen. Trabajo arduo que en muchas familias de sangre no se logra alcanzar, pues la desvinculación entre padres e hijos es alarmante.

El aprendizaje y el asombro en mí se profundiza cuando veo el amor desbordante de parejas jóvenes o no tan jóvenes pero que adoptan niños, ¡cuánta admiración y respeto por ellos!… No puedo dejar de pensar en la transformación de vidas y realidades cuando los veo; transformación que se da únicamente por la fuerza del amor. Los que adoptan transforman la realidad de una persona y esa persona transforma la realidad de quienes la adoptan.  Cuando observo estos casos me resulta inevitable preguntarme, ¿qué hubiera sido de esta niña, niño, joven si no estuviera aquí?, pregunta que se queda sin respuesta, pero que no me afana encontrarla, pues me resulta suficiente con saber que está en mejor lugar, y eso lo confirmo cuando veo la sonrisa en sus rostros, el brillo en sus miradas, la ilusión en sus corazones y la emoción de contar con una casa que la volvieron hogar los unos y los otros, solo por la decisión de amar más allá de la sangre.

Por último, no quiero dejar pasar al tipo de familia que se va conformando a lo largo de la vida, quienes cuentan con familia sanguínea, pero que también se afilian a otra solo para compartir alegrías o tristezas, comer, charlar, reír o pasar los momentos de ocio sin saber qué hacer los fines de semana…los amigos que terminan siendo aquella familia por elección y que va mucho más allá de la relación de sangre por imposición. 

¡Feliz día de la familia, sea cual sea la tuya!

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