“Nadie nació para quedarse como está”

Se presenta como una apasionada por agregar valor a las personas y ayudar a elevar el nivel de conciencia. Jean Carla Saba de Aliss ha sido dos veces ganadora del “Culture Awards” en el Valor de Consistencia (2019) y en el Valor de Equipa a Otros (2021), en Orlando, Florida (Estados Unidos).

Gracias a este último y reciente galardón, desmiente la creencia de que actualmente la palabra escrita y la lectura van perdiendo poder. Comprobó al resaltar el impacto de las columnas que escribe para OH!. No era para menos, el título de su espacio en la revista fue bautizado por ella como “Casi todo es otra cosa”.

Esta mujer, convencida de que el cambio empieza por uno, conversó sobre su galardón y los alcances de su labor como columnista, conferencista y coach ejecutiva y de vida.

—4.000 personas de distintos países forman parte de los Culture Awards (Orlando, Florida), 200 fueron invitadas a dar a conocer su influencia y 20 fueron nominadas oficialmente. Usted es una de las dos personas ganadoras y obtuvo el galardón por el valor de equipar de otros a nivel Latinoamérica. ¿Qué significa equipar a otros? (Valga la redundancia). —Como el nombre trata de expresarlo, es el servicio, la preparación, el entrenamiento o equipamiento con capacitaciones o cualquier otra metodología que ayude a las personas a vivir mejor, teniendo un liderazgo de influencia y una vida significativa. Puntualmente, yo equipo a las personas usando muchas estrategias (cursos, talleres, conferencias, coaching, escribiendo libros de desarrollo personal o las columnas de la Revista OH!). Para el tema de la nominación, decidí enfatizar el poder de la palabra escrita y di a conocer el impacto de las columnas en nuestra sociedad, compartiendo a través de un video experiencias significativas; es decir, distintos usos que la gente está dando a mis escritos. Eso me convirtió en la ganadora de este reconocimiento a nivel de América Latina, dentro de una comunidad de 4.000 miembros, 200 seleccionados, 20 nominados y finalmente el número se redujo a 10, ganando yo en el Valor de “Equipa a Otros”.

—¿Puede la palabra escrita (sea en columnas, artículos, libros) cambiar vidas? ¿Cuál es su poder?

—Definitivamente ¡sí! Primero, entre el escritor y el lector se genera un vínculo, existe una conexión de influencia que agrega valor a ambos. Segundo, la palabra escrita cobra vida propia y significado diferente para cada uno de los lectores, para uno puede ser revelador lo que está leyendo y para otro, torturador. Tercero, puede ser leída innumerables veces y lo que ayer se entendió al leerlo al día siguiente puede cambiar o ampliar el significado al volverlo a hacer, subiendo de esta manera el nivel de comprensión del mismo a otra dimensión; es decir, la palabra escrita permite la exploración y nos invita a profundizar.

El significado que cada lector da a la columna es variado. Desde ya, cito algunos ejemplos: una viejita (92) dice que le resulta compañía, un estudiante de derecho (25) vio que el docente introdujo la clase con una de ellas, una mamá lo utiliza con la familia de material de estudio, una maestra parvularia recorta las columnas y las expone en las paredes para fomentar la lectura reflexiva entre los papás o un amigo que me solicita permiso para usarla en un discurso institucional…Todo esto incrementa la responsabilidad y el compromiso.

— “Casi todo es otra cosa”, ¿por qué eligió este título para la columna que escribe para OH!?

—Primero, comentarte que tardé dos meses en elegir el nombre, pues sabía que de él dependía la identidad del contenido. Finalmente, lo elegí porque me interesaba dejarlos con un tema rondando la cabeza. Reflexioné sobre la subjetividad del mundo en el que vivimos, pensé que podemos ser simples turistas y sacar fotografías de los lugares que visitamos esperando encontrar en ellos una realidad total, pero eso es ficción. La realidad es que lo que vemos nos da una leve idea de lo que en verdad es… y muchas veces ni siquiera es real, pues la visión funciona como una especie de pantalla y lo que nos debe interesar ver es justo lo que está detrás de ella. Estamos enfrentados cada vez más a un mundo más irreal, donde existen los efectos especiales, las plantas artificiales, piel sintética, familias disfuncionales que resultan ser ejemplares, economías estables desplomándose, enemigos inventados, religiones nuevas, enfermedades de moda, comida adictiva, remedios innecesarios. Juzgamos sin saber, discutimos sin conocer, nos encontramos con verdades absolutas que las relativizamos cambiándolas por opiniones personales posesionándolas como principios de vida sin ningún cuestionamiento. Sinceramente, me parecía que a lo malo empezamos a llamar bueno y lo bueno, ya no importaba. De ahí salió el nombre de “Casi todo es otra cosa” porque lo que vemos no siempre es lo que es. ¡Ah! desde ya, mi primer libro titula lo mismo y por él fui reconocida como autora latina en el tema de desarrollo personal en Miami, en 2017.

—Hablando sobre el proceso creativo al escribir sus columnas, ¿cómo decide qué reflexión compartir o qué contar?

—Sentada frente a la computadora con unas ideas rondando la cabeza es como empiezo a escribir. Comienzo con un pensamiento y una clara intención, pero conforme voy tecleando las ideas van cambiando. Puede que sea mala escritora, que me deje dominar por ellas o tal vez algo permisiva porque las dejo mutar conforme avanzo. No niego que a veces me siento traicionada, pues en momentos se expresan como a ellas les da la gana, entrando en una especie de resistencia con mis propios valores. Hago un alto y trato de reencauzarlas, no todas son domables; paro y pienso si es que yo me alejé de ellas o ellas se alejaron de mí, de una u otra manera me doy cuenta de que cada idea está formada por palabras y son ellas las que me afectan, porque cuando son evocadas en el camino van cobrando vida propia dependiendo no sólo de su significado, sino de la dirección que van tomando abriendo camino para que yo vaya transitando. Todo esto mientras tomo varias tazas de café.

—Ha dado innumerables conferencias y talleres. ¿Cómo impacta una persona con un mensaje de cambio y superación a multitudes?

—Conectando con ellos, las conexiones son la primera fase, es donde se debe centrar el mayor esfuerzo. Así como no hay liderazgo sin influencia, no hay influencia sin conexiones. Definitivamente, uno tiene que estar en la misma sintonía con la gente. Es un darse cuenta de que la comunicación verbal es sólo un 7 por ciento, eso quiere decir que la gente casi no escucha lo que dices, pero hay algo que le impacta de ti y con eso se queda. No es tanto lo que dices, sino cómo lo dices y desde dónde lo dices. Personalmente, me gusta encontrar a la gente donde ellos están y no donde estoy yo; en otras palabras, es importante que sepan que, en cada conferencia que doy se trata de ellos, ellos son los importantes en el evento y no yo. Y acerca del impacto a multitudes, bueno, acabo de completar las 28.000 personas capacitadas a nivel de América Latina. Pero oro para no perder de vista la importancia de una sola persona, porque sólo una vale y vale mucho.

—Las fórmulas y claves para alcanzar el éxito, motivación y crecimiento personal han sido interpretadas y compartidas por muchos conferencistas, por lo que muchos desvirtúan ello o lo ven simplemente como una moda. ¿Qué dice a quienes piensan así?

—Considero que es responsable no solamente enseñar algo, sino y, sobre todo, vivir ese algo. Ése es el mayor desafío que afrontamos quienes nos dedicamos a esto. Cuando se acercan a mí y me dicen que quieren hacer lo que yo hago… Primero, los felicito y, segundo, les pregunto ¿qué tienen que decir? ¿En qué quieren ser escuchados? Cuando las personas tienen claridad en sus respuestas, la probabilidad de malinterpretar el ejercicio de esta noble labor se reduce. Lamento informar que las fórmulas y claves para alcanzar el éxito sin convicción en lo que hacemos no tienen efecto sostenible en el tiempo.

—¿Cuál es el valor real de un life coach? ¿Estamos viviendo un boom de esta especialidad?

—El valor real de ser life coach (coach de vida) radica justamente en agregar valor a las vidas de las personas, ayudándoles a diseñar su camino para que lleguen donde desean hacerlo, pero en condiciones más seguras. Considero que el acompañamiento es vital con determinado tipo de formación. Evidentemente, estamos en un boom de esto, lo cual me parece fabuloso mientras sea realizado de manera responsable.

—¿Tenemos todas las personas la posibilidad de cambiar de vida? ¿Por qué?

—Todas las personas que desean cambiar lo pueden hacer, enfatizo “desean”, pues muchos se encuentran cómodos donde están. De todas maneras, mi propuesta de trabajo no incluye únicamente un cambio; sino, una transformación. Considero firmemente que nadie nació para quedarse como está; por tanto, todos tenemos la oportunidad y posibilidad de hacerlo.

—De acuerdo a su experiencia y trabajo, ¿cuál es la principal barrera que impide a una persona desarrollar su potencial y vivir plenamente?

—Usaste la palabra correcta, “barrera”, y me permito complementar la misma con la palabra “terror”. Es decir, las personas tenemos “barreras del terror” que no nos permiten salir de la zona de confort para entrar en la zona de crecimiento y desarrollo del potencial. Es ahí justamente donde trabajan muy efectivamente las creencias limitantes y su función es esa: limitarte. Me encanta ayudar a las personas a descubrir las suyas y liberarse. Por otro lado, nadie puede crecer si no se conoce. Es importante saber dónde quieres ir, pero es determinante saber dónde estás y, en ese sentido, mi trabajo permite que las personas se ubiquen en el mapa y esta ubicación justamente es la que la mayoría desconoce, convirtiéndose en la mayor barrera para desarrollar su potencial.

—A nivel personal y profesional, ¿cuál es la principal enseñanza que le ha dejado la emergencia sanitaria?

—Me hizo consciente de que no ha sido la primera crisis, no será la última crisis, ha sido solo una crisis más. Pero es justamente la que me tocó vivirla y ser protagonista de la historia. En ese sentido, la principal enseñanza es que no me puede dejar como me ha encontrado, cuando se vaya, yo debo ser mejor y debo ayudar a los demás a serlo. Por otro lado, constaté cómo lo invisible a los ojos —un virus— hizo a la humanidad buscar lo invisible a los ojos —Dios mismo— y esa enseñanza pienso que ha sido para todos. Siempre debemos dejar un espacio (mejor grande) para la fe y la esperanza en un Dios vivo y verdadero; por lo menos en mi caso, si no hubiera tenido esto, hubiera desfallecido.

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