Me levanté con el pie izquierdo

Las supersticiones son creencias irracionales, sin embargo, juegan un papel importante en la vida de quienes le otorgan el poder. Hay quienes confían en los méritos de la “buena suerte” en lugar de ser responsables con las decisiones que toman y existen otros que les resulta más fácil ser supersticioso que enfrentarse a sus propios miedos confiando en sus habilidades. Ser supersticioso está muy relacionado con la sensación de control o la atenuación de sentimientos de inseguridad. Existen muchas supersticiones y una de las más conocidas cuando las cosas no salen como se esperaba en el día es: me levanté con el pie izquierdo.

No quiero dar protagonismo a las supersticiones porque considero que no las merecen, Dios nos dotó de capacidades, habilidades y libre albedrío no solo para tomar decisiones sino para explotar lo que nos regaló. Así como lo hace un hombre que todos los días se levanta con el pie izquierdo y a diferencia de muchos que lo hacen con el derecho, él se despierta feliz, sonriente, optimista y dispuesto a seguir amando la vida a pesar de lo que ella hizo con él.

¡Hey joven!, le dijo el taxista a mi hijo cuando ingresó a su movilidad en Santa Cruz, ¿alguna vez lo ha llevado un camba de oro?, mi hijo sonrío suponiendo la respuesta que el caballero esperaba; sin embargo, no alcanzó a darla cuando en un simpático monólogo el mismo taxista respondió: tal vez sí, pero le aseguro que esta es la primera vez que lo lleva un camba sin pierna. Curiosamente mi hijo inclina la cabeza hacia adelante y nota la veracidad del comentario. Conversan durante todo el camino, le cuenta su historia y acuerdan que al día siguiente sería el quien nos haga llegar al aeropuerto, así yo también podía conocer a un camba de oro y además sin pierna.

Fue así que me presentó a Don Gustavo A. Auza Molina, hombre que si lo tengo que describir con una sola palabra diría muy “inteligente”. Actualmente, tiene cuatro hijos y 63 años, cuando la vida lo sorprendió, tenía solo dos hijos y 31 años, era cobrador, personas de su confianza le hicieron una emboscada para que sufra un supuesto asalto, matan al policía que lo acompañaba y el auto impacta directamente sobre su pierna, razón por la cual después de una agonía de muchos meses en Bolivia y en el extranjero, deciden amputarla en su totalidad. Como es habitual en estos casos, las personas no se dan cuenta de lo sucedido, lidió con los dolores fantasmas y antes de ellos, pidió que le pasen las pantuflas, al recibir solo la del pie izquierdo, notó que la del derecho ya no la necesitaría. Nos contó muchas anécdotas y una de ellas se centró en la fuerza que lo impulsó a moverse casi de inmediato, el comentario que le hizo el hijo cuando llegó a casa del hospital: papá, el refrigerador está coco. ¿Y eso qué quiere decir? —le pregunté yo— y me dijo, ¿qué hay dentro del coco, señora? Solo agua, se respondió. El ver el refrigerador vació no le dio tiempo a pensar en el dolor ni a deprimirse como dice él, tenía cosas más importantes que hacer y entre ellas llenarlo. Fue así que salió en su auto a trabajar para literalmente comer y le prometió a su hijo que en una semana ese refrigerador iba a estar lleno…cumplió. Levantándose todos los días con el pie izquierdo sacó a sus hijos profesionales, se expresa de su esposa con un amor sorprendente, ama la vida, filmó un cortometraje que titula “Soy feliz” y lo presentó en Francia, Inglaterra, Alemania, Estados Unidos, Argentina, Brasil y México. Hoy por hoy está dispuesto a ayudar a quienes lidian con los dolores en miembros que no existen ofreciendo optimismo y el agradecimiento sincero a Dios por poder levantarse con el pie izquierdo para sonreírle a la vida y a quienes suben a su taxi.

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